Por Bertha García Vasconcelos
Durante siglos, se espera que la mujer sea una "Barbie", una madre buena y amorosa o una apasionada y dispuesta amante, que representan solamente algunas de las altas exigencias que le han sido impuestas por el patriarcado y la sociedad de consumo, y que equivalen en el hombre a su capacidad de proveer, su valentía, y hoy también, a su aspecto físico. Esto ha hecho que la autoestima de una mujer dependa de su físico, sus cualidades afectuosas y su fertilidad. Actualmente, además de que cumpla con su rol "femenino", ahora debe ser buena proveedora y exitosa en su trabajo. Demasiadas demandas se han impuesto a las mujeres.
Pasamos gran parte de nuestra vida buscando inconsciente y conscientemente la aprobación, afecto o reconocimiento de los demás. Gastamos enormes cantidades de energía escondiendo nuestras imperfecciones a los demás y amoldando nuestras necesidades a las de ellos sin poner límites a sus demandas y expectativas. Ignoramos que al hacerlo, les estamos entregando nuestro poder por lo que dependeremos emocionalmente para sentirnos aceptadas.
Durante siglos, se espera que la mujer sea una "Barbie", una madre buena y amorosa o una apasionada y dispuesta amante, que representan solamente algunas de las altas exigencias que le han sido impuestas por el patriarcado y la sociedad de consumo, y que equivalen en el hombre a su capacidad de proveer, su valentía, y hoy también, a su aspecto físico. Esto ha hecho que la autoestima de una mujer dependa de su físico, sus cualidades afectuosas y su fertilidad. Actualmente, además de que cumpla con su rol "femenino", ahora debe ser buena proveedora y exitosa en su trabajo. Demasiadas demandas se han impuesto a las mujeres.
Cuando la mujer basa su autoestima en su belleza física, ante el aumento de peso, la aparición de las arrugas o sucede algo que afecta su físico, pierde totalmente su valía y se agobia a tal grado de caer en depresión severa, y aun a tener deseos de morir. Entonces estará dispuesta a pasar por todo tipo de cirugías plásticas, dietas extremas, ejercicio extenuante, lo cual no impedirá que la edad finalmente cobre su tarifa; todas envejeceremos. Usted sabe que la juventud y sus atributos se acaban. Llegará un momento que ya no podrá realizarse cirugías ni colocarse botox, y deberá enfrentarse a los estragos de la edad avanzada. Por ello, es conveniente comenzar a aceptarse por quién es, así como aceptar su propio proceso de envejecimiento que sabemos comienza a los 30 años. Una cosa es salud y otra es belleza física. Muchas mujeres tienen confundidos estos términos y caen irremediablemente ante las exigencias de los medios y la programación cultural patriarcal (haga clic en El Cuerpo de la Mujer en la entrada siguiente para ver video). La triste noticia es que jamás verá satisfechas sus demandas. Bien dijo Simmone de Beauviour que "la vejez libera de las ataduras corporales."
Cuando ha basado su autoestima en tener una pareja, algo externo a sí misma, no podrá estar sin una pareja y tenderá a someterse, o aceptará situaciones degradantes o desagradables, con tal de no perder al objeto de su amor, sin darse cuenta que perderá su respeto porque ella no se respeta a sí misma. Puede suceder también que estará buscando al amor verdadero incesantemente.
Por otro lado, si la mujer ha basado su autestima en su éxito financiero o profesional, en su capacidad de generar ingresos, en el estatus que le da su trabajo o en su poder adquisitivo, como sucede a los hombres también, en caso de perder su trabajo, estatus e ingresos, ella se sentirá muy desgraciada (en otro artpiculo hablaremos de sentido de vida).
Cuando ha basado su autoestima en tener una pareja, algo externo a sí misma, no podrá estar sin una pareja y tenderá a someterse, o aceptará situaciones degradantes o desagradables, con tal de no perder al objeto de su amor, sin darse cuenta que perderá su respeto porque ella no se respeta a sí misma. Puede suceder también que estará buscando al amor verdadero incesantemente.
Por otro lado, si la mujer ha basado su autestima en su éxito financiero o profesional, en su capacidad de generar ingresos, en el estatus que le da su trabajo o en su poder adquisitivo, como sucede a los hombres también, en caso de perder su trabajo, estatus e ingresos, ella se sentirá muy desgraciada (en otro artpiculo hablaremos de sentido de vida).
La aceptación de una misma es fundamental para gozar de salud mental porque está relacionada con la autoestima y eficacia personal que nos brindan los recursos y motivación para lanzarnos a conseguir nuestros sueños y metas. Solo la mujer que goza de autoestima podrá establecer límites adecuados en todas sus relaciones, vencer el autosabotaje, tener el poder de liberar sus talentos y energía creativa. También se sentirá capaz de lograr sus objetivos, se respetara a sí misma y estará convencida de merecer lo mejor en su vida. Es aceptarse también, y perdonarse, por haber basado su valía personal en algo externo o superficial.
Para saber en qué basa su valía, hágase la siguiente pregunta: ¿Valgo por quién yo soy? O, ¿valgo por lo que tengo y/o hago? Si basa su valor en que tiene una pareja, una familia, hijos, trabajo, dinero, juventud o belleza física, pregúntese: ¿Valdría igual si no los tuviese? Reflexione en qué está basando su valía personal.
Para saber en qué basa su valía, hágase la siguiente pregunta: ¿Valgo por quién yo soy? O, ¿valgo por lo que tengo y/o hago? Si basa su valor en que tiene una pareja, una familia, hijos, trabajo, dinero, juventud o belleza física, pregúntese: ¿Valdría igual si no los tuviese? Reflexione en qué está basando su valía personal.
Recuerde que el basar su valía personal en algo externo o exterior, hará que irremediablemente se venga abajo cuando ello se termine o cambie. Entonces, ¿podría comenzar a basar su valía en lo que usted realmente es? Porque lo que usted es tiene un valor incalculable y nunca se acabará. Usted misma es su más precioso tesoro.
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