Por Gabriel García Márquez
Una mujer exquisita no es aquella
que más hombres tiene a sus pies,
sino aquella que tiene uno solo
que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven,
ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso
o el cabello más llamativo,
es aquella que con tan sólo una franca
y abierta sonrisa y un buen consejo
puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa
no es aquella que tiene más títulos,
ni más cargos académicos,
es aquella que sacrifica su sueño temporalmente
por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita no es la más ardiente
(aunque si me preguntan a mí,
todas las mujeres son muy ardientes...
Los que estamos fuera de foco
somos los hombres)
sino la que vibra al hacer el amor
solamente con el hombre que ama.
Una mujer interesante no es aquella
que se siente halagada al ser admirada
por su belleza y elegancia,
es aquella mujer firme de carácter
que puede decir NO.
Y un hombre...
Un hombre exquisito es aquel
que valora a una mujer así...
Que se siente orgulloso
de tenerla como compañera...
Que sabe tocarla
como un músico virtuosísimo
toca su amado instrumento...
Que lucha a su lado
compartiendo todos sus roles,
desde lavar platos y atender tripones,
hasta devolverle los masajes
y cuidados que ella le prodigó antes...
La verdad, compañeros hombres,
es que las mujeres en eso de ser 'Muy machas'
nos llevan gran recorrido...
¡Qué tontos hemos sido -y somos-
cuando valoramos el regalo
solamente por la vistosidad de su empaque...
¡Tonto y mil veces tonto el hombre
que come basura en la calle,
teniendo un exquisito manjar!
Colaboración de Patricia Valencia
Una mujer exquisita no es aquella
que más hombres tiene a sus pies,
sino aquella que tiene uno solo
que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven,
ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso
o el cabello más llamativo,
es aquella que con tan sólo una franca
y abierta sonrisa y un buen consejo
puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa
no es aquella que tiene más títulos,
ni más cargos académicos,
es aquella que sacrifica su sueño temporalmente
por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita no es la más ardiente
(aunque si me preguntan a mí,
todas las mujeres son muy ardientes...
Los que estamos fuera de foco
somos los hombres)
sino la que vibra al hacer el amor
solamente con el hombre que ama.
Una mujer interesante no es aquella
que se siente halagada al ser admirada
por su belleza y elegancia,
es aquella mujer firme de carácter
que puede decir NO.
Y un hombre...
Un hombre exquisito es aquel
que valora a una mujer así...
Que se siente orgulloso
de tenerla como compañera...
Que sabe tocarla
como un músico virtuosísimo
toca su amado instrumento...
Que lucha a su lado
compartiendo todos sus roles,
desde lavar platos y atender tripones,
hasta devolverle los masajes
y cuidados que ella le prodigó antes...
La verdad, compañeros hombres,
es que las mujeres en eso de ser 'Muy machas'
nos llevan gran recorrido...
¡Qué tontos hemos sido -y somos-
cuando valoramos el regalo
solamente por la vistosidad de su empaque...
¡Tonto y mil veces tonto el hombre
que come basura en la calle,
teniendo un exquisito manjar!
Colaboración de Patricia Valencia
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