Por Bertha García Vasconcelos
Definitivamente no es nada fácil ser fiel a sí misma. ¿Por qué? Porque como mujeres hemos sido condicionadas a depender más del afecto y la aprobación social y familiar, además que, por lo general las mujeres somos más empáticas y nos preocupamos más por la unión de la familia.
Durante muchos años he tomado algunas decisiones por quedar bien, para complacer a algún ser querido o cuidando de no herir susceptibilidades. Cuando miro hacia atrás puedo contar cada una de esas decisiones, que al no haberlas consultado con mi corazón, he tenido que dar marcha atrás cuando me doy cuenta que me he herido a mí misma. Es como clavarse un puñal por la espalda, porque representa una traición a una misma. Y lo peor es que nadie nos obligó a tomar esas decisiones.
Si bien en ocasiones es importante tomar en consideración a los demás, en otras situaciones es fundamental preguntarse a sí misma antes de tomar una decisión relevante. ¿Quiero? ¿Lo deseo? ¿Voy a estar bien con esa decisión a mediano o largo plazo?
¡Qué difícil es deshacer lo que iniciamos sin convencimiento! No se lamente. Es preciso enfrentar la situación porque no somos felices. Es necesario asumir las consecuencias de nuestra decisión de cerrar un círculo para abrir otro. Continuar con la farsa es traicionarse a sí misma. Es no ser honesta con una misma, no ser auténtica. ¡Qué precio tan grande se paga por no haber enfrentado a tiempo la “posible” reacción de la madre, la pareja o del hijo!
La libertad de elección es la última libertad del ser humano. La próxima ocasión que necesite tomar una decisión respecto a sus sueños, proyectos y metas, pregúntese a sí misma después de un análisis racional; consulte a su corazón si eso es lo que realmente desea hacer o se está sintiendo obligada por alguna razón. Usted es la única que necesita estar convencida.
Si tomó una decisión para complacer a otros, no se odie. Haga un plan de acción que la lleve al lugar donde deseaba o desea llegar. Aun es tiempo. Comience de nuevo. Afortunadamente cada día nos brinda una nueva oportunidad para recomenzar. Asuma sin temor las consecuencias afectivas, económicas, etc. de rectificar. No pierda más tiempo…
Imagen: Isabel Allende, una mujer auténtica
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